How to effectively protect isolated workers.

Trabajadores aislados: factores de riesgo y cómo protegerlos mejor.

Hay medidas de prevención históricas que se utilizan para proteger a los trabajadores aislados. Sin embargo, el riesgo inherente a su situación de trabajo hace que sea necesario incorporar tecnología en su protección, para potenciar eficazmente su seguridad.

En varias industrias, sobre todo aquellas tipificadas como “industria pesada”, hay trabajadores que desempeñan sus tareas de forma aislada. Algunos de ellos trabajan en turno noche, otros realizan tareas de mantenimiento, y están los que operan en zonas remotas, entre otros. Este tipo de trabajo tiene sus riesgos intrínsecos, y conlleva por tanto medidas extraordinarias de seguridad. Entonces, ¿cuál es la mejor manera de proteger a los trabajadores aislados?

Cuál es la definición de trabajadores aislados.

Los trabajadores aislados son aquellos que, independientemente de la tarea que desempeñen, trabajan en entornos donde no hay otros trabajadores presentes. Según la Nota Técnica de Prevención (NTP-344), un documento breve que trata un tema preventivo concreto,  se entiende por trabajo en solitario cualquier actividad que se realice sin que pueda establecerse contacto visual o auditivo con otras personas, salvo que se utilicen mecanismos como teléfonos o radios.  

Además, se considera trabajador solitario cuando cumple justamente esta condición de aislamiento sin importar el tiempo que dure la tarea: puede ser desde un turno entero hasta trabajos de solo una hora de duración- En general, todas las empresas de tipo industrial tienen trabajadores solitarios, sobre todo considerando a las personas que realizan tareas de seguridad y mantenimiento. Suelen ser en la construcción, los servicios públicos, el petróleo y el gas, la agricultura y demás.

¿Cuáles son los factores de riesgo a los que se ven expuestos?

Según lo expuesto en la Nota de Prevención Tecnica mencionada anteriormente, los riesgos a los que los trabajadores aislados se ven expuestos pueden dividirse en dos categorías:

Riesgos de seguridad 

Dentro de los riesgos de seguridad, tenemos tanto los accidentes como la falta de ayuda luego de una situación crítica. Los accidentes pueden darse tanto por fallos en las máquinas como por errores o incertidumbres humanas. Estos últimos suelen acontecer más fácilmente en el caso de los trabajadores aislados, ya que no cuentan con la supervisión ni el acompañamiento de otra persona que pueda subsanar el error.

Por otro lado, los riesgos de seguridad engloban la falta de ayuda después de una situación crítica.Cuando se produce un accidente, la actuación inmediata es imprescindible, y no está 100% garantizada en el caso de los trabajadores aislados.  Esta falta de asistencia inmediata puede agravar considerablemente las consecuencias derivadas de un accidente.

Riesgos psicosociales

Los riesgos psicosociales derivan del propio aislamiento, que puede ocasionar conductas alteradas. Los trabajos rutinarios y la ausencia de otras personas lleva a un descenso en la vigilancia y puede incluso alterar la percepción del tiempo. La carencia de información o de medios para tomar decisiones en equipo puede generar reacciones inadecuadas, sobre todo en situaciones imprevistas. 

Además, el aislamiento puede dar lugar a una fatiga física, intelectual o en el plano psíquico, generando situaciones de estrés que aumentan la probabilidad de accidentes por error humano.

¿Cómo son los protocolos de seguridad actuales? 

Con el pasar de los años, las empresas industriales fueron creando protocolos para proteger a los trabajadores industriales. Una muy habitual era requerir comunicación entre operario y supervisor cada una o dos horas. Los lineamientos de la OSHA (Occupational Safety and Health Administration) al respecto del trabajo en solitario establecen que los empleadores deben hacer un seguimiento a lo largo de cada turno “a intervalos regulares adecuados a la tarea laboral, para garantizar su salud y seguridad, así como al final de la tarea o al final del turno de trabajo, lo que suceda primero”

Esta medida, que era necesaria frente a la falta de herramientas mejores, plantea ciertos problemas. En primer lugar, genera una discontinuidad constante en el trabajo, afectando a la productividad y a la concentración, lo que puede ser incluso contraproducente. Otro problema fundamental es que hay situaciones que requieren respuesta inmediata. Frente a una accidente, una hora de demora (o más, hasta que se establece que definitivamente el trabajador no está entrando en contacto), puede llegar a ser fatal. 

Otras de las medidas consideradas indispensables en el cuidado de los trabajadores aislados son:

  • Evaluar periódicamente los peligros potenciales y las situaciones de alto riesgo.
  • Desarrollar políticas claras y concisas para trabajadores solitarios.
  • Capacitar a los trabajadores solitarios sobre las mejores prácticas de seguridad.
  • Facilitar la comunicación.
  • Utilizar la ayuda de la tecnología.

Cómo proteger con tecnología a los trabajadores aislados.

Considerando los riesgos de seguridad y los riesgos psicosociales planteados anteriormente, es interesante analizar cómo el uso de tecnología puede ayudar a mejorar ambas.

Frente a los riesgos de seguridad, existen dispositivos que permiten detectar y notificar inmediatamente caídas y golpes fuertes. El Drixit Tag, por ejemplo, no solamente identifica estas situaciones y las notifica al supervisor, sino que también cuenta con un botón de pánico que puede accionarse en situaciones de emergencia. Entre otras funcionalidades, puede configurarse para identificar si una persona está detenida por mucho tiempo (como sería en el caso de un paro cardíaco o desmayo) o si permanece más tiempo del necesario en áreas riesgosas para su salud. Además, permite activar la geolocalización en casos de evacuación o emergencias, ubicando rápidamente la persona para darle auxilio inmediato.

Los riesgos psicosociales son también atenuados cuando los trabajadores cuentan con este tipo de dispositivos que aumentan su protección. El saberse resguardados y protegidos aumenta la confianza, disminuye los niveles de estrés y permite que el trabajador se concentre en lo importante: su trabajo.

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