Columna de Opinión – Tadeu Morais (HSE Advisor e Safety Technician).
Resulta fascinante observar cómo la innovación tecnológica puede aplicarse a la seguridad y la salud de hombres y mujeres a lo largo del tiempo. El concepto del doble casco en los barcos, ideado por Leonardo da Vinci hace siglos, es un buen ejemplo. Su idea de utilizar una segunda capa de protección para el casco del barco pretendía aumentar la estabilidad y evitar fugas en caso de daños en el exterior. Hoy en día, el doble casco es una característica estándar en muchos buques y es obligatorio por ley en los petroleros para garantizar la seguridad del transporte de cargas peligrosas.
Esta correlación entre las innovaciones tecnológicas pasadas y presentes en el ámbito de la salud y la seguridad en el trabajo pone de relieve la importancia de un planteamiento proactivo de la protección de los trabajadores. Anticiparse a los riesgos y aplicar medidas preventivas permite reducir significativamente la incidencia de accidentes e incidentes en el lugar de trabajo. El uso de tecnologías avanzadas como la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), la Realidad Aumentada (RA) y los drones, han transformado la gestión de la seguridad en el lugar de trabajo y proporcionado una mayor eficiencia en la identificación de riesgos y la aplicación de medidas preventivas.
La Inteligencia Artificial (IA), una tecnología de uso generalizado relativamente reciente, se presenta como una valiosa herramienta para mejorar la seguridad en el lugar de trabajo de diversas maneras. Gracias a su capacidad para responder a preguntas concretas, la IA en forma de chat puede entrenarse para proporcionar orientaciones precisas sobre procedimientos de seguridad, evacuación y primeros auxilios. Además, puede simular situaciones de emergencia, lo que permite a los empleados practicar sus habilidades de respuesta en un entorno seguro y controlado. Con estas simulaciones, las empresas pueden identificar áreas de mejora de la seguridad y mejorar sus planes de contingencia para garantizar que los trabajadores estén preparados para afrontar cualquier emergencia.
Otras tecnologías también están ayudando a mejorar significativamente la seguridad en el lugar de trabajo. El uso de drones para inspecciones, por ejemplo, es una tendencia creciente en toda una serie de sectores, como la construcción, la minería y la energía. Estos dispositivos tienen la capacidad de captar imágenes precisas de alta definición en zonas de difícil acceso, como tuberías y estructuras elevadas, sin necesidad de que los trabajadores se expongan a riesgos. En el sector del petróleo y el gas, los drones se utilizan para inspeccionar plataformas marinas, que suelen ser zonas de alto riesgo, sin necesidad de enviar a los trabajadores en helicópteros o barcos. Esta tecnología no sólo hace que el trabajo sea más seguro, sino que también aumenta la eficacia al reducir el tiempo necesario para realizar las inspecciones y aumentar la calidad de los datos recogidos. Además, los datos recogidos por los drones pueden procesarse mediante software especializado, lo que ayuda a identificar posibles riesgos y a tomar decisiones más informadas sobre el mantenimiento preventivo de las instalaciones.
Además de las tecnologías mencionadas, la Realidad Aumentada (RA) es otra herramienta muy utilizada en formación, inducciones y entornos de seguridad. La RA puede crear entornos de trabajo específicos y ayudar a los empleados a familiarizarse con los equipos y procedimientos de seguridad sin necesidad de exponerlos a riesgos reales. Por ejemplo, una empresa de construcción puede utilizar la RA para simular situaciones de trabajo en altura, lo que permite a los trabajadores familiarizarse con los equipos y procedimientos de seguridad sin tener que arriesgar sus vidas. La RA también puede utilizarse para formar a los trabajadores en procedimientos de emergencia, como la evacuación de emergencia en caso de incendio, o para simular posibles fallos de los equipos, lo que permite a los trabajadores practicar procedimientos de seguridad en situaciones simuladas.
Por último, la IoT también se utiliza cada vez más para mejorar la seguridad en el trabajo. Los sensores conectados a Internet pueden vigilar la salud de los trabajadores, detectar posibles riesgos y alertarles de peligros potenciales. Esto puede incluir el control de la temperatura del lugar de trabajo, los niveles de ruido, los niveles de gases tóxicos o radiación, o incluso el control de la postura de los trabajadores para prevenir lesiones musculoesqueléticas. Además, IoT también puede ayudar a automatizar los procesos de seguridad, como la supervisión de equipos y maquinaria en tiempo real, lo que permite alertar a los trabajadores de posibles fallos antes de que se produzcan. Por ejemplo, los sensores de humo conectados a Internet pueden alertar al personal de seguridad en caso de incendio, lo que les permite actuar con rapidez para evacuar el edificio y minimizar los daños. IoT también puede utilizarse para automatizar los procesos de mantenimiento preventivo, lo que permite alertar al personal de mantenimiento de posibles fallos o problemas antes de que se conviertan en críticos y puedan causar accidentes.
Conclusión
La tecnología está transformando la forma en que las empresas abordan la seguridad en el trabajo. Con la IA, las empresas pueden identificar riesgos y prevenir accidentes antes de que se produzcan. Las IA basadas en el chat pueden ayudar a las empresas a mejorar la seguridad en el lugar de trabajo proporcionando información precisa y relevante a los trabajadores. El uso de drones, RA e IoT también está ayudando a mejorar la seguridad en el lugar de trabajo al eliminar la exposición de los trabajadores a los riesgos y advertirles de peligros potenciales. Las empresas que explotan estas tecnologías pueden garantizar la salud y el bienestar de sus empleados, aumentando la productividad y reduciendo los costes de accidentes laborales.
Es importante señalar que, aunque la tecnología es una herramienta valiosa para mejorar la seguridad en el lugar de trabajo, no sustituye a la responsabilidad de las empresas de crear un entorno laboral seguro y saludable para sus empleados. Es esencial que las empresas inviertan en formación en materia de seguridad, apliquen medidas preventivas y creen una cultura de la seguridad en toda la organización. Sólo combinando la tecnología con un enfoque responsable y cuidadoso puede garantizarse la seguridad y la salud de los trabajadores.
Sobre el autor
Tadeu Morais es un profesional de HSE altamente cualificado con más de 14 años de experiencia. Cree que garantizar la seguridad de todas las personas en el lugar de trabajo no es sólo una cuestión de cumplimiento legal, sino una obligación moral. Mediante la aplicación de programas de seguridad eficaces, la formación exhaustiva de los equipos y la investigación minuciosa de los incidentes, es capaz de promover una cultura de seguridad y sostenibilidad.