A pesar de las numerosas revoluciones industriales, las actividades mineras siguen figurando entre las ocupaciones de mayor riesgo. Descubra cómo sacar el máximo partido de la digitalización y la tecnología para aumentar la seguridad en las minas e impulsar la productividad.
Minería: una actividad fuertemente regulada pero aún riesgosa.
«A pesar de los considerables esfuerzos realizados en muchos países, las tasas de mortalidad, lesiones y enfermedades entre los trabajadores mineros del mundo siguen siendo elevadas, y la minería sigue siendo la ocupación más peligrosa si se tiene en cuenta el número de personas expuestas al riesgo», se afirma en la página web de la Organización Internacional del Trabajo.
Organizaciones y empresas de todo el mundo han realizado innumerables esfuerzos para reducir los accidentes mineros. No obstante, la minería sigue siendo una de las industrias más citadas en lo que se refiere a accidentes laborales. La Organización Internacional del Trabajo se encarga de establecer normas y políticas para garantizar «un trabajo decente para todas las mujeres y todos los hombres». En cuanto a la minería, a lo largo de los años han establecido algunas medidas que las empresas deben tener en cuenta a la hora de definir directrices para conseguir lugares de trabajo seguros. Estas directrices incluyen, por orden de prioridad:
- Eliminar el riesgo.
- Controlar el riesgo en su origen.
- Minimzar el riesgo.
- Usar equipos de protección personal.
Para los tres primeros pasos, existen multitud de manuales e instrucciones sobre cómo actuar y reaccionar cuando se produce un accidente. Incluyen planes de evacuación, buenas prácticas y normas sobre maquinaria, procedimientos que se evalúan y mejoran cada año. El cuarto paso, los equipos de protección individual, incluye la normativa y el uso obligatorio de cascos, gafas de seguridad, protección respiratoria y auditiva, ropa reflectante y protección de manos y pies.
Pero lo que no se tiene en cuenta, todavía, es cómo la tecnología podría mejorar estos pasos, y la posibilidad de incluir EPPs digitales, que no sólo cumplen con la cuarta regla, sino que tienen el potencial de eliminar, controlar y minimizar el riesgo, potenciando la seguridad en la mina.
Los EPI digitales pueden mejorar los cuatro pasos de seguridad.
Los EPP digitales suelen ser dispositivos potentes y ligeros, a menudo conectados a una plataforma. Dependiendo de la tecnología que incluyan, pueden ofrecer distintas posibilidades en materia de seguridad y eficiencia operativa. Por ejemplo, botones antipánico para una asistencia rápida y experta, reduciendo el tiempo de respuesta y minimizando así el impacto. Tienen la posibilidad de identificar, entre otros:
- Trabajos en altura.
- Golpes fuertes o caídas.
- Control automático y en tiempo real de permisos y licencias de trabajo.
- Delimitación de zonas restringidas.
- Límites de velocidad.
- Situaciones peligrosas, por ejemplo, proximidad de máquinas o vehículos.
- Procesos de evacuación.
Esto repercute en toda la cadena de seguridad, ya que no sólo los EPP digitales pasan a formar parte del equipamiento obligatorio de los mineros, sino que ofrecen amplias posibilidades para eliminar y gestionar los riesgos.
Los EPP digitales también pueden captar información valiosa en tiempo real. Los programas informáticos y las integraciones de plataformas permiten recopilar y analizar información crítica en tiempo real e histórico. Puede decidir sus reglas, establecer su configuración y diseñar campeones para cada regla. Se activará una alarma y se enviará a su responsable designado cuando se produzca el evento.
Las posibilidades son enormes. Desde que los mineros que trabajan en espacios confinados puedan ser contactados en caso de emergencia, ya sea un accidente personal o una evacuación a gran escala, hasta garantizar el distanciamiento social y la localización de contactos en el anterior contexto de pandemia. Los mineros no cuentan con teléfonos móviles por considerarlos peligrosos en zonas productivas. ¿Cómo localizarlos y encontrarlos en caso de golpe fuerte o caída? Con los EPI digitales, el tiempo de respuesta se reduce, ya que cuentan no sólo con un botón antipánico, sino también con localización en tiempo real por motivos de seguridad.
La digitalización aporta seguridad y rentabilidad económica.
Por último, pero no por ello menos importante, la minería y otros tipos de actividades industriales no cuentan hoy en día con datos y cifras operativos y de seguridad. Al digitalizar sus equipos y operaciones, puede obtener información crítica que es vital para la mejora proactiva de los procesos de producción y seguridad. Según un informe realizado en 2020 por el Foro Económico Mundial, la digitalización y los trabajadores «conectados» aportan muchas mejoras y beneficios a la industria, incluso más que los sensores inteligentes, las operaciones autónomas y las plataformas integradas.
Por último, el informe señala que las proyecciones de valor en juego para una empresa minera media «mostraban un aumento sustancial en 2025 del EBITDA de un pionero digital frente a un rezagado digital».